Septiembre sigue siendo el inicio del nuevo curso carnavalesco, cuando las agrupaciones comienzan a desempolvar los instrumentos y preparar las gargantas para el nuevo febrero. Los comienzos siempre son duros, y cuesta arrancar un nuevo proyecto: visualizar el tipo, crear letras y músicas, disfraces, horas y días de ensayos... Crear un ritual al que se deben adaptar muy rápido, pues cinco meses no dan para mucho, y el nivel que cada año se exige requiere de una mayor responsabilidad. Está claro, que nuestro concurso sigue siendo uno de los más reconocidos de cuantos se realizan, y su atractivo radica en dicha calidad. A estas alturas, ya no se conciben grupos que no den la talla aunque siempre diré, que más que un don, es una maldición. Esta dinámica fomenta la calidad, pero evita la entrada a nuevas agrupaciones, que deberían ser el futuro de la fiesta.
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Federico Pérez "El coronel" Carnaval de Huelva
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