Desenlace y final de la obra "Qué le pasó a Federico".
¡¡No apto para cardiacos!!
Condesa_.
Esconderse no es de hombría,
la lección ya quedó dada
ha de saber vos perder
y ante el mundo dar la cara.
Federico._
De grata insatisfacción
he de confesarle a vos
que tramó con astucia su treta,
pues efímera fue mi conquista
y concluyó en gran jaqueca.
He quedado como un necio
y merezco tal castigo,
déjeme con mis demonios
mis días ya han concluido.
Condesa._
Vos comenzó este juego
y una lección le hemos dado,
espero que haya aprendido,
para mí todo ha acabado.
Federico._
No es la lección lo que duele
ni el honor lo que me aterra,
son sus ojos de aquel día
y esa mirada tan bella.
Condesa._
No juegue con el amor
que no es creíble su treta,
si me ama dígalo
y dejemos ya la guerra.
Federico._
Ese es el gran dilema
que me tiene destrozado,
conocerla en dos facetas
de doncella y de soldado,
dos personas que la engendran
que el corazón me han robado.
Una simpática y fresca,
la otra llena de ira
como una daga certera.
Dos letras de un mismo puño
y con distintas fronteras.
No sé si le molestó
mi picaresca evidente
o el verse vos reflejada
de forma tan contundente.
Son tan confusas las dos,
que siento se bate en duelo
su psique y su corazón.
Una juega como niña
con giros casi infantiles,
la otra gira sin un rumbo
como si amar fuese un crimen .
Una se deja llevar,
visceral y sin raíles.
La otra piensa en su honor
buscando el talón de Aquiles.
Aun así, yo amo a las dos,
llámeme loco perdido,
pero si no estoy con vos ,
vivir no tiene sentido.
Condesa._
Cállese, por Dios, no siga,
que sus palabras me hieren,
no sé sin son de mentira
o si su amor me persigue
Federico._
Mi condesa soberana,
el juego trajo un romance,
palabras que danzan locas,
sin saber dónde postrarse.
Verás que su pena ahogada
se ventea en cada frase,
¿Pero seguirás viviendo
tras su bello escaparate?
Puesto y en opuesto sentido
planteo una obtusa trama,
conjugada cual chiquillo,
me amarás sin pedir nada
o creerás que le he mentido.
No dudes de este insensato
que ya su vida ha perdido,
no dejes que ahora derroche
lo único que ha querido.
Narrador._
Nunca se supo el final
de esta historia que les cuento
si la condesa lo amó,
o si se quedó en un hecho.
Aquí concluye la vida,
la historia de un sinvergüenza,
que cayó al pie de una dama
y nadie lo tuvo en cuenta.
Tal estrategia fue digna
de un hombre sin corazón
que por ganar cuatro duros
ultrajaba la pasión.
Nadie supo de su historia
y su futuro fue incierto,
sólo en su tumba se lee
este obtuso atrevimiento.
“Recordar a los presentes,
y no se puede olvidar,
que fui un gran mentiroso
y eso es verdad”.
Federico Pérez "El coronel"
¡¡No apto para cardiacos!!
Condesa_.
Esconderse no es de hombría,
la lección ya quedó dada
ha de saber vos perder
y ante el mundo dar la cara.
Federico._
De grata insatisfacción
he de confesarle a vos
que tramó con astucia su treta,
pues efímera fue mi conquista
y concluyó en gran jaqueca.
He quedado como un necio
y merezco tal castigo,
déjeme con mis demonios
mis días ya han concluido.
Condesa._
Vos comenzó este juego
y una lección le hemos dado,
espero que haya aprendido,
para mí todo ha acabado.
Federico._
No es la lección lo que duele
ni el honor lo que me aterra,
son sus ojos de aquel día
y esa mirada tan bella.
Condesa._
No juegue con el amor
que no es creíble su treta,
si me ama dígalo
y dejemos ya la guerra.
Federico._
Ese es el gran dilema
que me tiene destrozado,
conocerla en dos facetas
de doncella y de soldado,
dos personas que la engendran
que el corazón me han robado.
Una simpática y fresca,
la otra llena de ira
como una daga certera.
Dos letras de un mismo puño
y con distintas fronteras.
No sé si le molestó
mi picaresca evidente
o el verse vos reflejada
de forma tan contundente.
Son tan confusas las dos,
que siento se bate en duelo
su psique y su corazón.
Una juega como niña
con giros casi infantiles,
la otra gira sin un rumbo
como si amar fuese un crimen .
Una se deja llevar,
visceral y sin raíles.
La otra piensa en su honor
buscando el talón de Aquiles.
Aun así, yo amo a las dos,
llámeme loco perdido,
pero si no estoy con vos ,
vivir no tiene sentido.
Condesa._
Cállese, por Dios, no siga,
que sus palabras me hieren,
no sé sin son de mentira
o si su amor me persigue
Federico._
Mi condesa soberana,
el juego trajo un romance,
palabras que danzan locas,
sin saber dónde postrarse.
Verás que su pena ahogada
se ventea en cada frase,
¿Pero seguirás viviendo
tras su bello escaparate?
Puesto y en opuesto sentido
planteo una obtusa trama,
conjugada cual chiquillo,
me amarás sin pedir nada
o creerás que le he mentido.
No dudes de este insensato
que ya su vida ha perdido,
no dejes que ahora derroche
lo único que ha querido.
Narrador._
Nunca se supo el final
de esta historia que les cuento
si la condesa lo amó,
o si se quedó en un hecho.
Aquí concluye la vida,
la historia de un sinvergüenza,
que cayó al pie de una dama
y nadie lo tuvo en cuenta.
Tal estrategia fue digna
de un hombre sin corazón
que por ganar cuatro duros
ultrajaba la pasión.
Nadie supo de su historia
y su futuro fue incierto,
sólo en su tumba se lee
este obtuso atrevimiento.
“Recordar a los presentes,
y no se puede olvidar,
que fui un gran mentiroso
y eso es verdad”.
Fin
Federico Pérez "El coronel"