Un paseo por la ría

Todo listo para la travesía, y un servidor se encontraba en el muelle de las canoas de Punta Umbría, craso error, teniendo en cuenta, que el Onubense, José Luis Orta, había planteado la salida desde el muelle de las canoas, pero en Huelva. Así que después de despedirme de Fernandito “el de las coquinas”, junto a mí cuñado y Juan Leal, nos dirigimos a su encuentro. Llegando al club náutico de Huelva y con rumbo al citado muelle, vimos a lo lejos varios barcos y un par de kayak, que con tranquilidad rodeaban al incansable letrado. Yo sabía, que ésto que José Luís haría, sería un paseo rutinario, de esos que uno hace cuando se levanta muy temprano y no tiene nada que hacer; Unos dicen me voy al patrón a tomar unos churros con café y Orta, se dijo; _ Me voy a dar una vueltecita por mi ría y a ver hasta donde llego. Así fue, con tranquilidad y parsimonia, con esos auriculares que aún le mantienen unido a la vida en tierra, traveseó por su ría como pez que en el agua. Largas brazadas y giros constantes de cabeza, eran las únicas siluetas que veíamos los que acompañábamos al nadador, pues el buen sol, que también estuvo presente, a veces, nos impedía ver más con su coqueto reflejo.
Tuve la mala suerte, aunque más bien fue mi despiste, “No se puede estar en todas partes”, de perderme a la madre de Orta, nadando a su lado, así que disfruté del resto del camino. Durante el trayecto hubo varios momentos que fueron muy emotivos. El primero, el paso por el Club náutico, donde unos independientes, carnavaleros amigos del citado nadador, apoyaron con sus efusivos gritos y vitoreos y algún otro comentario que no me atrevo a escribir. Así eran, son y serán estos murgistas independientes, que cuando están, saben hacerse notar, supongo que José Luis, bajo aquel puente, sentiría aquellos huecos sonidos y el jolgorio que crearon. Más tarde aparecieron frente al monumento a la Fe, en un barco, manteniendo el mismo nivel de alegría al más “puro pitorreo”. “Colón” fue testigo de su paso, bajo sus pies, cruzó José Luis haciendo una parada, para recibir a su hijo, que estuvo compartiendo nuestra ría a su lado; Algún año, este joven José Luis Jrs, recordará esta hazaña y estoy seguro que volverá a sumergirse en estas aguas, recordando esta primera travesía. Espero estar presente.
En el último tramo del trayecto, pasando el muelle donde reposan las replicas de las carabelas, uno llega a plantearse la inmensidad de la historia, dándole mayor importancia. No sé, si Orta llegó a reparar en aquellas tres grandes estructuras de madera, que unieron en su tiempo a Huelva con el nuevo continente o si entre brazada y brazada, pudo pensar algún segundo en lo que aquello supuso, pero lo que está claro, que al margen de las diferencias, frente a los fosfoyesos, la luz del buen sol de Huelva, o de el reflujo constante de las mareas, uno llega a plantearse que los retos, cuando se logran, te hacen sentir el hombre más feliz del mundo, y a pesar de que en esta ocasión, sólo fue un paseo, en esta ocasión, fue un paseo por la ría de Huelva, que más se puede pedir.
Gracias a todos los que hicieron posible este proyecto, donde un loco enamorado de Huelva, nos dio la posibilidad de compartir su locura.

Federico Pérez "El coronel"