Anoche tuve la suerte de visitar el ensayo de la chirigota
de los Pollos. Fue un placer volver a compartir esos momentos de duro trabajo
tras un año de espera. En general, a los asiduos al Gran Teatro, se les olvida
el duro esfuerzo que las agrupaciones de carnaval deben hacer para llegar a las
Tablas y, como a cualquiera, a veces, también
me ocurre. Estas visitas, me suelen poner los pies en el suelo y observar desde
la barrera el monótono y constante capricho de los directores, que en su afán
por superarse, apuran al máximo los recursos de su grupo. Los ensayos, son otro
mundo diferente al que estamos acostumbrados a ver. Es otro mundo, otra
dimensión que se alarga durante seis meses encerrados en un cuarto de ensayo.
Durante este tiempo, no existe público, no hay aplausos ni gritos de ánimos, no
hay presentadores ni cortinas que se abren, no están los familiares que te
arropen, y sobre todo, no sientes el cosquilleo que recorre tu cuerpo cuando
estás frente al patio de butacas; es puro ensayo y error constante, repetición
tras repetición. Las noches se vuelven largas y aburridas, las risas se vuelven
agrias y molestas, y se debe sentir una gran admiración por esta fiesta, para
soportar y superar el cansancio al que este ritual te lleva en su primera
etapa. Este preámbulo carnavalero, es todo un afán de superación para los
adeptos a esta fiesta de la alegría, una odisea, que no todos los grupos llegan
a superar. En estos menesteres, es donde sale a relucir la importancia del
director, en este caso, Manuel Tirado o Pedro Vinagre…
Mañana más. Como siempre, en el Viva Huelva.
Federico Pérez "El coronel" Carnaval de Huelva
2 comentarios:
Me ha gustado como lo has descrito...es así ni más ni menos
Tampoco veo que se tenga que sufrir tanto para sacar una chirigota de nivel,pero bueno,sí tú lo ves así...
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